"Hace sólo cuarenta o cincuenta años, se consideraba una herida combate como
una marca de virilidad. Un muslo sin cicatrices era un signo tan destacado de falta de experiencia que nadie se hubiera atrevido a
mostrarlo tal cual, prefiriendo infligirse
una herida voluntaria. Se esperaba de los hombres que tuvieran la sangre ardiente y fueran impetuosos. Hoy en
día la impetuosidad es considerada como una ineptitud. Los hombres de hoy en día
utilizan la impetuosidad
de su lengua para rehuir
sus responsabilidades y no
hacer nunca ningún esfuerzo."
Hagakure
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